DETÉN LAS REPRESAS.

Cupido ha disparado su arco de amor para arrojar flechas divinas en su alma.

Yo no sé mucho de casi nada, jamás he sabido tanto como ahora y ahora solo sé una cosa; sé que la amo. Lo he visto y sé cómo es que debe ser. Y es como se supone que tiene que ser, supongo...

Paso noches enteras arrastrandome en polvo y revolcándome en invisibles incógnitas, me envuelvo en saladas sábanas cristalinas, ellas me cubren como olas y me atrapan con torpeza y facilidad. Quisiera poder equivocarme, quisiera poder decir que no es así.

Han sido días largos de secretos guardados e incertidumbre mortal, es el precio que hemos de pagar a cambio de sentirnos vivos una vez más. Pero tú, querida, iluminas mi camino entre las incontables tinieblas. Tomas mi mano y me guías a través de la más incansable niebla. Lo soportas y yo solo trato de fingir hacerlo, pero iluminas mi camino. Tú iluminas mi camino.

Quisiera tomar tu mano y besar tus labios, quisiera que estuvieras aquí. Ven aquí y hazme tuyo. Tengo un pie en la tumba y puedo acariciar el Cielo con la punta de mis dedos; no hay más que tener, ni más que pedir. Todo lo que soy y lo que siempre he sido podría estar aquí, porque eres todo lo que quiero, eres todo lo que necesito, eres mi todo.

Abrázame y no me dejes ir. Eres todo lo que necesito.

Me pondré de rodillas, mataré a tus demonios, domaré tus caballos y encenderé tus caminos. Te llevaré lejos cuando el mundo se acabe, beberé tu veneno y creeré tus mentiras. Perdonaré tus faltas, mataré el tiempo a tu lado, sin falta tomaré tus más pesadas cargas y guardaré tus mas reconditos secretos. Esperaré hasta el fin de los tiempos, porque el amor verdadero espera. Correré caminos oscuros por ti, tomaré tus pequeñas manos y besaré tus sellados labios misteriosos.
Tan solo no me dejes aquí, no me dejes.

El Sol brillará otra vez...

Sí, es deprimente. Lo sé... Pero la amo, en realidad lo hago.

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